martes, 30 de noviembre de 2010

Pet

Iba muy tranquila camino a la verdulería, cuando crucé en el cordón de la vereda con un mini pajarito. No voló como suelen hacerlo cuando uno se acerca. Me arrimé y charlamos, lo mimé un poco y seguí.

Compré mi provisión de verduras semanal, y cuando vuelvo, el pajarito seguía donde lo había dejado 15 minutos antes.

Y bueno, me lo traje. Ahora chilla desde el balcón. Ya le di agua y galletitas. Ya me cagó la mano. Ya no se que más hacer... pero no se si mis nervios están como para soportar un pajarito en el balcón todo el día.

En cuanto le ponga nombre, se pudre todo, ya me voy a encariñar. Igual quiero que sea libre y vuele, por eso lo dejé suelto... veremos en que termina todo esto...

4 comentarios:

Malala Mala dijo...

Y su nombre es: RODOLFO BROWN !

Café (con tostadas) dijo...

jajajajajajajaja

tirado de nombre el pichón!

y sí, bienvenida al mundo de las 'salvadoras' compulsivas de pichones abandonados!

johi dijo...

jajajaja, es lo mas!!!

ponele nombre, no lo encierres y deja siempre una canastita con alpiste y otra con agua, seguro vuelva :P

Fran dijo...

uyyy muy bien ahi Malala, lindo gesto. Ojala que se cure y pueda ser libre nuevamente. Yo una vez traje un gorrion y lo perdi...hasta que a la semana vi que estaba duro detrás de la heladera.
Un beso grande loquita!