miércoles, 9 de febrero de 2011

Cash Cash Baby

Nunca trabajé en el rubro gastronómico, ni de vendedora de ropa, ni moza, ni telefonista. Mi corta carrera laboral tuvo que ver siempre con lo que había estudiado en la facultad.

Hasta ahora, que harta de ser una maldita desempleada, acepté la oferta de mi hermano de cubrir el puesto de cajera en su restaurant. Sinceramente, y ahora que ya hace una semana que atiendo pedidos y cuento billetes, creo que no pensé muy bien en qué me estaba metiendo. Desearía tener el DeLorian en este preciso instante para advertirle a mi yo de la semana pasada que esto era una muy muy muy mala idea.

Pero aquí estoy, ya en el baile, y me toca bailar con el más feo, patadura, lleno de granos, fofo e insulso pibe de todos. Y tengo que bailar.

Sólo tengo que sobrevivir dos semanas más y listo. Saldré airosa con un celular nuevo y un par de pesos en el bolsillo. Todo esto si mis nervios lo resisten...

4 comentarios:

Café (con tostadas) dijo...

jajajajajajajajajajjajaja

pobrecito, imaginé a ese 'bailarín' que describís y casi me desmayo del horror!!!!!!

vos dale, mové las patitas y reíte todo lo que puedas. una temporada de caja no mata a nadie.

(aunque casi... yo sobreviví raspando a mi experiencia en caja de barra de boliche de verano... ah! épocas de juventud! (?))

Malala Mala dijo...

y eso que no dije que el encargado tiene un tic en el ojo derecho! parece que te guiña cada vez que te mira.... estoy pensando seriamente en corregírselo de una piña!

a ver si eso también le saca lo insoportable!

Café (con tostadas) dijo...

ááááááspera la cosa!!!!

al encargado, aconsejale que use parche, que le da un toque exótico,

y recordale que el silencio envuelve a las personas de un irresistible halo de misterio.

(total, no importa que se crea interesante, sólo queremos que cierre la boca!)

Juli* dijo...

Donde estás laburando?? Capaz que me pego una vuelta para saludarte y de paso me como algo rico...