martes, 9 de junio de 2009

Miércoles 10

Seis meses atrás también fue miércoles 10. Y a esta hora yo todavía estaba tratando de idear un plan para salvar mi relación. Lo invité a cenar a casa, yo pensaba cocinar y, por primera vez en mucho tiempo, estaba de buen humor y tenía ganas de verlo. Pero él tenía otros planes. Yo creía que había algo por lo que seguir adelante, él bajó los brazos. Me llamó cuando estaba en el supermercado comprando las cosas, ya eran las 9pm, y le dije que me encuentre ahí, así me ayudaba con las bolsas e ibamos juntos para mi casa. Apareció con cara de pocos amigos y me increpó a sacarme la sonrisa de mi cara porque venía de mal humor. Se enojó porque yo estaba sonriendo. Se enojó porque mi buen humor le haría el trabajo más difícil. Yo vi venir la tormenta y me imaginé lo peor. No hablé más. Recorrí las góndolas que quedaban buscando los últimos items de mi compra, fui a la caja, pagué, nos repartimos las bolsas, y caminamos la cuadra que nos separaba de mi casa. Llegamos a la puerta y no lo dejé entrar, le dije que esperara abajo, que hablaramos en otro lugar que no fuese mi casa. Dejé todo y le pedí a mi hermana que guardara las cosas en su lugar. Nos sentamos en un banquito de la plaza de la vuelta y empezó su violento monólogo. Hacía tiempo que sabíamos que no iba más, no por falta de amor, sino porque nos ahogábamos en vasos de agua. Debíamos crecer y juntos era imposible. Nos estábamos lastimando y no nos entendíamos. Yo lo sabía, pero no me animaba a decirlo. Él se animó, pero lo dijo con todas las palabras equivocadas. Me agredió como nunca, destacó todo lo malo de mí, me hizo sentir una cosita chiquita, insignificante y llena de defectos terribles. Remarcó todo lo feo, se olvidó de todo lo bueno. Y terminó diciendo que él todavía me amaba, pero que no podía más, que no sabía que más hacer, que se rendía. Y quiso abrazarme. Yo no lo dejé. Me levanté bañada en lágrimas, odiándolo, sin nada que decir, y me fui. Lo dejé parado mirando y me fui, sin volver la vista. Llena de odio, de bronca y de dolor. Pensando que si me amase tanto como decía, hubiese tenido más tacto. Pero no.

Seis meses después no siento lo mismo. Pasaron muchas cosas en el medio, volvimos a hablar y aclaramos las cosas. Pero la separación fue definitiva, sin importar lo mucho que nos extrañáramos. Creo que los dos sabíamos que no funcionaría. No ahora. Quizás nunca. No lo sé. Pero por fin hoy puedo decir que estoy mejor. Que me levanto de buen humor y tengo ganas de hacer cosas por mí, que me hacen bien, que me divierten. Rodearme de gente que me quiere bien y con la que disfruto de las cosas que pasan. No hubo otro clavo que sacara al anterior, supongo que eventualmente aparecerá. Aunque ese clavo este siempre en mi memoria por lo mucho que significó, y porque se que es buena persona, pero no la mejor para mí.

Como dije en post anteriores, es una etapa de reorganización y cambio, de revoluciones internas y reconstrucción de mi amor propio. Y vengo bien, avanzando. Estoy contenta! Y quería compartirlo. Seis meses me tomó dejar de levantarme pensando en él, espero no volver a pisar ese palito, y que mis días estén llenos de mañanas de sol en otros brazos, o sola, pero feliz!

Acá les dejo una canción con la que me topé de casualidad, y va con mi día hoy!

Fue amor a primera escucha :)

3 comentarios:

Juli* dijo...

¿Viste qué maravilla darse cuenta un día de que eso que te hacía sufrir solamente es un recuerdo lejano?
A mí me pasó y fue tan, tan liberador...

Pable dijo...

Srta Malala: Me alegra saber que estas mejor, y que tenes ganas de hacer cosas para vos.
Mi Mss Wrong siempre me decia "si vos no te cuidas nadie lo va a hacer" (o algo así). Y lo entendí, aunque quizás tarde.

La canción es muy bonita y muy dulce.

Abrazo fuerte

Pable

Malala Mala dijo...

juli: así es!

sr pable: chas gracias! y si, tendemos a captar los mensajes tarde, pero creo q ese problema lo tenemos todos...
un abrazo cariñoso para ud también!